En la cafetería mientras Mary hablaba y hablaba -como siempre hacía-, Carolyn recordaba su pasado.
Su padre era la persona que más quería. Era la persona más inteligente que ha conocido nunca. Siempre contaba historias sobre alguna tribu, o incluso, hasta cómo se inventó las guitarras Fender.
A Carolyn se le desgarraba el corazón cuando su padre regresaba, borracho como una cuba. Insultando a quien se cruzara y rompiendo cristales. Hasta que un día, desapareció.

La madre de Carolyn, Alice, nunca quiso tener hijos. Fue su marido quien la convenció. Aun así, nunca ha mostrado aprecio por Carolyn. Y, lo peor, es que le a Carolyn le da igual.
- ¡HOLAAAA! ¿ESTÁS AHÍ?
- ¿Eh? Sí.
- No lo parece. Carol, para ya. Quiero recuperar a mio mejor amiga. - Hablaba muy seria, Carolyn se empezaba a preocupar.
- Si estoy aquí.
- Mira, déjalo. - se fue a otra mesa con su bandeja. La había dejado sola entre toda la cafetería.
Entonces, Carolyn nota una brisa en su cuello. Una respiración, profunda.
- ¿Me puedo sentar? - Era Trevor, con su bandeja y su mirada clavada en sus ojos.
- Sí, claro - intentó no pestañear, para que no se le cayeran las lágrimas.
- Puedes llorar, desahógate. -se sentó.
- Emm, estoy bien.
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Carolyn abrió los ojos.
- ¿Que tal pequeña? ¿Mejor? - Trevor mostró una gran sonrisa, que hacía que Carolyn se sonrojara.
- Sí, gracias.
- Dime, ¿qué ha pasado?- comezó a comer.
- Digamos que, Carolyn ha cambiado, y Mery quiere la antigua. - le explicó, mirándo como engullía un trozo de bistec.
- ¿Y qué tiene de malo la nueva Carolyn? - preguntó cuando terminó de masticar.
- Pues, es más callada.
- A mí me gusta escuchar tu silencio.
Preciosooo! =)
ResponderEliminarQue bonito =)
ResponderEliminares precioso :)
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog, me alegro de que te gustara :D
Un beso
Gracias a todos :)
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