Misterios, y más.

Ese día, a Carolyn le costó dormir.¿Quién era y de dónde salía Trevor? Era tan misterioso, parecía sacado de una novela: Ojos grises, piel casi de porcelana, labios carnosos  e irresistibles, pelo ondulado, alborotado y rubio...
A Carolyn le parecía todo él un misterio, y aún más, el porqué se acercaba a a ella. Había otras muchas adolescentes en el Gregory Ground. Quizá se tratara de una jugarreta; pero lo cierto, es que él le hacía ver que no estaba sola.

"No hay quien duerma. Me voy al parque." - pensó.

El parque del Silver era el lugar favorito de Carolyn. Estaba rodeado de sauces llorones, columpios para los niños, estatuas de personajes que cambiaron la historia... Era su lugar. Se sentó en uno de los columpios donde montarse con su padre antes de que desapareciera.

El frío azotaba su cara, se sentía libre. Libertad, una palabra preciosa.

El columpio se paró. O, mejor dicho, alguien lo paró.
- ¿A estas horas andas por un parque? ¿Quieres que te hagan algo o  qué? -Su dulce voz...Era él.
- ¿Qué haces aquí?
- Eso mismo digo yo, te podría pasar algo.
- Contéstame. -Giró su cabeza hacia él...estaban tan cerca, que casi se escuchaban los latidos acelerados del otro.
- Vengo porque no podía dormir. - Susurró lentamente. -¿Y tú Carol?
- No me llames así. Por lo mismo.
- Te llamaré Carol. Aguántate. - y volvió a hacer otra de sus sonrisas pícaras.
- Vale Trev.
El ambiente se hizo aún más frío. Trevor frunció el ceño.
- Carol...he de irme.
- Pero, ¿Por qué? Quédate..
- No puedo, pero escucha. Podrás encontrarme cada amanecer en la vieja esquina.
Mañana nos veremos. ¡Al amanecer no lo olvides!

 Se largó tan deprisa , como apareció.