martes, 14 de junio de 2011

Juré no volver a amar, pero me equivoqué.

No soy muy dada a ponerme romanticona, las malas experiencias me han hecho así. Pero ya que hoy escupo amor por los poros de mi piel, me atrevo a contároslo:

Hace un tiempo, no mucho, unos cuantos meses, sí; conocí a un "chaval" divertido, tonto y despreocupado. Tan alto, que si estira los brazos puede acariciar a la mismísima Luna, tan paciente, que es capaz de esperar hasta que el tiempo marchite su cuerpo y dañe su mente. Y, desde luego, no me imaginé que ese "chaval" llegara a ser tan importante para mí. Enserio, nunca, nunca, nunca lo hubiera dicho.
¡Pero qué demonios! Hoy, día Catorce, celebramos que hace treinta días surgió esa chispita. Una chispita que tardará en apagarse. De eso no me cabe duda.

Este "patilargocasidosmetresino" ha reparado mi corazón con tiritas y algo de agua oxigenada, y se lo ha quedado para él solito. No me importa, se lo regalo. Sé que al menos él lo cuidará con esmero.

Incluso aunque duela, eres mi dolor favorito.

3 comentarios: