domingo, 13 de marzo de 2011



El sol arañaba los límites del horizonte, intentando, forzándose a salir.
Trevor la tenía enganchada, caminaba deprisa por el que se hace llamar Parque de los Sauces.


- ¿Se puede saber a dónde me llevas?- preguntó ella, quizá sonó un poco borde, pero estaba nerviosa y no quería que se notara demasiado.
- No preguntes, tonta. Limítate a contemplar el paisaje.


Y Trevor tenía razón. El parque se encontraba lleno de árboles totalmente verdes, una hierba bien cuidada, un poco de neblina a ras del suelo... y ese cielo amaneciendo, comenzando a ser azulado.


- Que..¿precioso verdad?
- Sí... - contestó Carolyn, medio embobada, nunca había visto un cielo así, y le parecía que debería de haberlo apreciado mucho antes.


Ahora, Trevor la estaba mirando. Sus profundos ojos azules hoy parecían brillar más que nunca. Tenía el pelo alborotado, y su camiseta dejaba marcar su figura. Se encontraba realmente atractivo, y la estaba mirando a ella...
Carolyn giró la cabeza, y se dispuso a mirarle. En comparación con Trevor, ella no tenía muy buen aspecto. La noche anterior no había dormido nada, y tenía el rostro demasiado pálido y demacrado.


- Se hace tarde...tenemos que ir a clase


Volvieron por el camino de antes...en silencio. Un silencio demasiado cargado de palabras que no saben brotar de los labios.
Un silencio que no dice nada, y que lo dice todo.

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